A TIRO DE PIEDRA LA REFORMA QUE SÍ DEBIÓ REALIZARSE

Después de un fracaso,

los planes mejor elaborados parecen absurdos

Fiodor Dostoievski

Julián Santiesteban

A la luz de la lamentable realidad que padecen los mexicanos en este 2017, con gasolinazos e incrementos en múltiples productos de la canasta básica, queda claro que las llamadas reformas estructurales generaron más agravios que beneficios; en contraparte, la reforma prometida al campo mexicano, que tendría enorme impacto en beneficio del sector, es uno de los grandes olvidos de la administración de Enrique Peña Nieto.

Los recortes severos al sector primario nacional iniciaron desde 2015, y tan sólo para ese año ascendieron  a seis mil 531 millones de pesos, correspondientes a al Programa Integral de Desarrollo Rural por un total de dos mil 038 millones de pesos; el Programa de Productividad y Competitividad Agroalimentaria por mil 700 millones de pesos; el Programa de Fomento a la Agricultura por mil 292 millones de pesos y el Programa de Fomento Ganadero por mil millones de pesos, para un total de seis mil 531 millones de pesos; además de los 500 millones de pesos del Programa de Subsidio a la Prima del Seguro Agropecuario.

Para 2016, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), fue la segunda dependencia con mayores recortes presupuestales (sólo por debajo de la de Comunicaciones y Transportes, SCT) pues dejó de recibir 18 mil millones de pesos, cancelando todos aquellos programas encaminados a fomentar la productividad y dejando a salvo sólo los programas asistencialistas.

Para este 2017 el panorama es similar al año anterior, y se pone en relevancia por factores como las protestas que en el arranque del año han ocurrido en Quintana Roo, pues campesinos demandan –con razón o sin ella- el pago de la prima del seguro agrícola por supuestos cultivos siniestrados, responsabilizan al gobierno estatal del incumplimiento y se presiona –eso sí, sin razón- a la administración de Carlos Joaquín González; pero desde julio de 2015 en esta columna se advirtió del riesgo en el que estaban unas 75 mil hectáreas de cultivos, porque la Secretaría de Hacienda y Crédito Público recortó 500 millones de pesos del Programa de Subsidio a la Prima del Seguro Agropecuario; otro golpe más.

Cabe recordar que el presidente Enrique Peña Nieto, cuando aún era candidato, El 11 de abril de 2012, en su primer evento con el sector campesino nacional, suscribió el compromiso número 15 consistente en “incrementar la producción agropecuaria nacional para garantizar la soberanía alimentaria”; y para ello se planteó una amplia reforma al campo mexicano, misma que nunca ocurrió durante la 62 Legislatura federal; y créame, tampoco ocurrirá esta, la 63.

Para poder hacer realidad la promesa presidencial, además de evitar los recortes que desde 2015 ha sufrido de manera reiterada el campo, tendrían que modificarse unas 60 leyes, 200 reglamentos, 200 Normas Oficiales Mexicanas y un sinnúmero de reglas de operación, considerando además el artículo 27 Constitucional, en lo relacionado con la propiedad y tenencia de la tierra.

A propósito de la Legislatura federal, la diputada por Quintana Roo, Arlet Mólgora Glover, es secretaria de la Comisión de Desarrollo Rural en la Cámara de Diputados; pero hasta ahora no se le conoce acción alguna para el sector, ni ha emitido opinión alguna sobre el estancamiento de la reforma prometida por el mandatario federal –de su partido, of course-, pero no se preocupe el lector, en menos de un año la tendremos pidiendo el voto de nuevo, buscando su reelección.

Como se observa pues, la administración peñanietista ha agraviado a los mexicanos, tanto por lo que hace como por lo que deja de hacer, ha habido un profundo desatino en la conducción nacional y, por lo pronto millones de campesinos seguirán esperando la promesa que hiciera el ahora presidente, que se observa cada vez más ansioso por concluir su periodo, sabedor de la enorme decepción que resultó para quienes lo eligieron y apoyaron; aunque todos lo tendremos que padecer aun hasta 2018; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *