EDITORIAL

La Ciudad de México es prolífica en iniciativas y pobre muy pobre en resultados. No hay habitante de esta urbe pretenciosamente ubicada entre una de las más importantes del globo, quien no se sienta amenazado por cualquiera de los frentes en los cuales nos encontramos inmersos, lamentablemente al ex Distrito Federal lo define la violencia, el saqueo, el robo y la corrupción, palabras ya casi vueltas sinónimas y hegemónicas en materia de vida diaria.

Y cuando decimos robo, no vasta referirse a la inseguridad en las calles, a los miles de ladronzuelos que pululan en los rincones oscuros e iluminados de nuestra región poco transparente, y vaya que esto tiene referentes constantes: hace una semana a plenas dos de la tarde en la plaza de la Ciudadela a un grupo de abogados integrantes de una asociación civil de derechos humanos los asaltaron con pistola en mano cuatro pelafustanes, los despojaron de carteras, celulares, relojes y huyeron campantemente, al parecer, coludidos con los patrulleros de la zona, las acciones eso indican.

Hay otro tipo de robo más lacerante en contra de la ciudadanía, y es el que proviene de nuestras propias instituciones, de los hombres que se han enriquecido enarbolando la bandera del servicio a la comunidad.

Hay algo más insultante para la población del país que las jugosas pensiones que reciben nuestros ex presidentes. Cuánto le cuesta al erario público mantener a estos próceres contemporáneos que sexenio tras sexenio demuestran su incapacidad para dirigir al país y no se puede negar una gran ambición para enriquecerse sin vergüenza alguna; bueno y para cinismo no falta un Felipe Calderón Hinojosa que quiera taparle el ojo al macho promoviendo su renuncia a este beneficio.

Y regresando a la capital de la burla ciudadana, el flamante arribista Víctor Hugo Romo Guerra continua en guerra franca contra Xóchitl Gálvez, este figurín rijoso de espectaculares y peluquín, no tiene vergüenza, su administración en la Miguel Hidalgo fue una verdadera pifia y allí están los habitantes de la demarcación que así lo declaran, pero eso sí un negocio redondo para Lord Inmuebles.

Y la joyita de la semana, el zacatecano Ricardo Monreal el más priista de los perredistas, ahora morenito, delegado de la Cuauhtémoc quien ve beneficiada su administración con los millones emanados del ambulantaje, ya tiene la cola un mucho más grande, pues sucede y acontece que Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad acaba de publicar la información sobre las licitaciones que suman ya cerca de 27 millones de pesos otorgadas a Rubén Ledezma Samohano y Flavio Mayorga Hernández para el abasto de papelería, plomería y ferretería, ambos contratistas se declaran incipientes y poco experimentados, pero claro son zacatecanos de cepa, amiguitos y compañeros de estudios de Catalina Monreal, hija de don delegado; que bonita familia, que sinceras amistades.

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