Cada vez se hacen más ricos
Por: Guillermo Robles
Tan grave es el problema que representa la “piratería” en México, que diariamente cierran en el país de uno a dos negocios establecidos a causa de ese fenómeno social que no han podido erradicar las autoridades.
La venta de productos falsificados provoca millones de pérdidas económicas al comercio organizado del país.
Durante éstos últimos quince años, el problema ha crecido de manera considerable en las distintas regiones de México y afecta a las empresas mexicanas seriamente, desde las compañías disqueras a los empresarios dedicados a la elaboración de ropa y calzado.
Las fronteras de México con Estados Unidos ingresan miles de toneladas de productos falsificados que luego son comercializados en tianguis y en mercados rodantes en lo que se convierte en una competencia desleal para quienes si pagan impuestos.
Los vendedores de productos “piratas”, no, muchos de esos negocios se encuentran en la vía pública por lo que también afectan a muchos comerciantes, el libre paso peatonal y causando problemas viales ya que la gente camina en las calles porque las banquetas están invadidas u obstruidas, sin embargo, en plena luz de día las mismas autoridades pasan por ahí como parte de sus actividades, pero se hacen de la vista gorda sin decirles nada o actuar conforme a ley.
Aunque las diferentes Cámaras de Comercio del país han demandado a las autoridades erradicar el problema sobre la competencia desleal, consideran que todavía no es demasiado tarde para acabar con el problema, habiendo tiempo para
terminar con ese problema social que pone en riesgo miles de empleos que se generan a través de los negocios que si funcionan dentro de la ley.
En contraparte aquellas personas que están encargadas de los puestos callejeros aseguran se trata de un buen negocio, sobre todo para sus patrones quienes tienen al menos diez “negocios”, de ese tipo.
Solo por mencionar uno de los negocios piratas que más daño han hecho al sector de la industria musical, son aquellos conocidos como “discos piratas”, que aseguran que el costo por ellos es alrededor de 10 pesos cada uno y el precio final para los clientes son de alrededor de 25 a 30 pesos máximo. La mayoría de estos productos provienen de la Ciudad de México, y Toluca.
En la cabecera municipal de Saltillo, Coahuila estos mismos negocios establecidos en cualquier parte de la localidad no tienen problema alguno ya que simplemente la cuota o el “moche” van desde los 100 pesos diarios, hasta los 500 pesos por semana a los elementos de seguridad pública quienes vigilan la zona del centro y a los supervisores del municipio que hacen sus rondines les dan 200 pesos cada tercer día.
La rentabilidad de los negocios piratas es tanto que simplemente quienes están encargados de ellos ganan un promedio de 1500 pesos por semana, siendo más el ingreso que trabajando como operador en cualquier fábrica.
Todo indica que mientras esté arreglando con dinero no hay problema alguno, sin embargo existen dos instituciones de seguridad que son inmune a los “moches”, que son la Procuraduría General de la República y la Policía Federal que por medio de sus operativos simplemente llegan sin contemplaciones y sin ser fáciles de extorsionar, simplemente realizan el operativo cerrando, confiscando y destruyendo productos decomisados.
Otro de los problemas generados por estos establecimientos “piratas”, es que afectan la imagen urbana principalmente en el primer cuadro de la ciudad de los distintos municipios del país.
Todos ellos se aprovechan en lo más mínimo como son aquellos que ven inmuebles de la zona del centro cerrados o abandonados, usan las paredes para colocar mercancía como lentes, discos piratas, ropa, calzado, etc.
La falta de coordinación en los operativos hace el fracaso de la lucha contra comerciantes informales, cuando las autoridades deberían de emprender una gran campaña nacional para erradicar ese problema social y de esta forma frenar un problema social que causa grandes pérdidas económicas a los comerciantes formales.
Millones de pesos se pierden a diario entre los comerciantes formales que, si pagan impuestos, sí laboran dentro de la ley, mientras los informales de la piratería se hacen cada vez más ricos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org