La Antártida en el aumento del nivel del mar
La Habana (PL) El aumento del nivel del mar a un ritmo acelerado en los últimos 25 años, aunque lento, es una realidad que amenaza a los habitantes en las zonas costeras y las regiones insulares del planeta, así como a ambientes naturales y los ecosistemas marinos.
En este ascenso, la Antártida es responsable de dos quintas partes (tres milímetros) en los últimos cinco años, según una evaluación climática, conocida como ejercicio de comparación de balance de masa de la capa de hielo (Imbie, por sus siglas en inglés), realizada por un equipo internacional de científicos.
Según los expertos, liderados por Andrew Shepherd, de la Universidad de Leeds, Reino Unido, y Erik Ivins, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial estadounidense (NASA) en California, ese continente perdió hielo a una tasa constante de 76 mil millones de toneladas por año (ton/año) antes de 2012.
Ello representa una contribución de 0,2 milímetros (mm) por año al aumento del nivel del mar (ANM), explicaron los investigadores que también contaron con el apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA.
Sin embargo, entre 2012 y 2017, la pérdida supera el anterior escenario, al esfumarse en esa región de nuestro planeta 219 mil millones de toneladas de hielo cada 365 días, tributándole anualmente 0,6 mm de líquido.
Hace tiempo que sospechábamos que los cambios en el clima de la Tierra afectarían las capas polares de la masa helada, comentó Shepherd.
Gracias a los satélites que nuestras agencias espaciales han lanzado, ahora podemos rastrear sus pérdidas y la contribución global al nivel del mar con confianza, añadió.
Para el científico británico, el hecho de que la Antártida esté provocando el ANM más rápido que en cualquier momento en los últimos 25 años, debe ser una preocupación para los gobiernos en los cuales confiamos para proteger nuestras ciudades y comunidades costeras.
La Imbie, publicada en Nature, arrojó que la crecida en la merma de hielo del continente en su conjunto es una combinación de aceleración de los glaciares en la Antártida Occidental (AOcc) y en la Península antártica, no ocurriendo así con la masa helada de la Antártida Oriental (AOri).
ANTÁRTIDA OCCIDENTAL: LA ZONA MÁS CRÍTICA
La AOcc tuvo mermas de 53 mil millones de ton/año en la década de 1990 a 159 mil desde 2012, localizado fundamentalmente en los glaciares Pine Island y Thwaites, que se debilitan con rapidez debido al calentamiento de los océanos. Por su parte, en el extremo norte del continente, el vahído en la Península Antártica ha provocado un aumento de 25 mil millones de toneladas por año en el desgaste del bloque helado desde principios del 2000.
La exploración de la AOri refleja que el descenso se ha mantenido cerca de un estado de equilibrio en los últimos 25 años, con un promedio anual de cinco mil millones de ton.
Los programas CryoSat y Sentinel-1 están haciendo una contribución esencial para entender cómo las capas de hielo están respondiendo al cambio climático y afectan al nivel del mar, lo cual es una gran preocupación, dijo el director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher.
Si bien estos impresionantes resultados demuestran nuestro compromiso con la investigación climática a través de esfuerzos como nuestra Iniciativa de Cambio Climático y actividades de explotación de datos científicos, también muestran lo que se puede lograr trabajando con nuestros colegas de la NASA, subrayó.
Estamos en un momento realmente emocionante en la glaciología antártica, en el sentido de que tenemos muchas tecnologías maduras para medir los cambios en la capa de hielo, celebró Benjamin Smith, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington.
La duración adicional del periodo de observación, la mayor cantidad de participantes, varios refinamientos en nuestra capacidad de observación y una mejor capacidad para evaluar las incertidumbres inherentes e interpretativas, contribuyen a hacer de este el estudio más sólido del balance de masa de hielo de la Antártida hasta la fecha, concluyó Ivins.
Científicos del Instituto Cooperativo de Investigaciones de Ciencias Ambientales de Estados Unidos consideran que si la altura de los océanos continúan incrementando al ritmo actual, el nivel del mar habrá aumentado 65 centímetros para 2100, lo suficiente como para causar problemas significativos a las ciudades ubicadas en las zonas costeras.