La vida en los autobuses
Los pasajeros que abordan un camión en los peores de los casos pueden ser víctimas de robo, agresión y muerte. En los estados de la República Mexicana los autobuses son calificados como inseguros, unos más que otros, y dependiendo de la zona, pero no dejan de correr riesgos.
De acuerdo a las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) registró en la entidad poblana 105 asaltos en el transportes público durante el primer trimestre de 2019, aumentó el 101.9 que los 52 hechos reportados en 2018.
Siempre recomiendan no portar artículos muy costosos y mucho dinero, ya que los asaltantes pueden quitarlo de un tajo a cualquier persona. A veces es inevitable no traer cosas valiosas, ya que sirven como herramientas de trabajo, por ejemplo la laptops, cámaras o móviles.
Es entendible la furia de un individuo cuando lo despojan de sus dispositivos, porque ha costado esfuerzo, e implica llevar a cabo diversas acciones para poder adquirir otro y que todo quede en regla para evitar fraude o más daños.
El consuelo típico pero verdadero es: “lo material va y viene, lo importante es que no atenten contra tu persona“, tiene su dosis de lógica, pero eso no justifica a los ladronzuelos o cualquier tipo de artimaña para quitar las pertenencias a un sujeto.
Pero las estadísticas hablan de los porcentajes elevados de asaltos que ocurren dentro de los camiones, es por ello que “todo mundo” ya anda alerta y a la defensiva, cualquier persona de pinta extraña o que suba a pedir dinero genera duda. Pese a ello, el costo del pasaje ya se elevó a $8.50, el cuál parece poco; sin embargo, no es justo por el servicio que ofrecen.
Hay quienes quizá no buscan dinero “a la fuerza“, pero el segundo grupo que causa incomodidad es el que retrata caridad, aquellos que solicitan una moneda a cambio de su relato trágico, el cual puede implicar una enfermedad, accidente o la situación dura por la que pasa un país, es decir el desempleo.
Tal vez, muy pocos sí digan la verdad acerca de su situación, pero la mayoría miente, son vividores y además a algunos ya se les conoce por las zonas en las que radican para subirse al transporte público y cuentan la misma historia. A veces varían para que no sea tan notorio, pero la credibilidad es casi nula.
Otro sector que puede causar polémica y que se ha modernizado son aquellos raperos y payasos. Si se hace una comparación los raperos serían mejor, pues se esfuerzan un poco mas en creatividad. En cambio los payasos, aunque uno que otro pasajero se ríe, resultan incómodos, invasores y no son muy graciosos sus anécdotas o “chistes”. Al contrario, quieren hacerse los chistosos y rayan en la vulgaridad.
Hay albures buenos y creativos, pero los payasos no llegan a ese rango.
La vida dentro del autobús es un lugar en el que hay de todo, desde el más humilde y maloliente hasta el más agresivo y matón, desde el estudiante sencillo hasta el trabajador o innovador que está luchando por ya no viajar en los camiones, los cuales en México siguen el camino devastador y estresante.
La verdad es que el transporte en otros países sí es de calidad y se merecen el costo del pasaje, por ejemplo en Barcelona y Londres hay un buen servicio de mantenimiento, tanto en el autobús como en el metro. Por ejemplo, en Francia no es tan limpio, empero así varía de acuerdo al territorio. Pero Puebla se queda atrás, carece de muchos elementos para tener un transporte digno.