EDITORIAL
Puede ser preocupante que sectores importantes de la sociedad hayan perdido paulatinamente la credibilidad en el ejecutivo. Empresarios, comerciantes, estudiantes, la clase laboral, burócratas, manifiestan incredulidad ante los cambiantes escenarios de la vida nacional.
Pero resulta más preocupante la respuesta poco definida de los hombres del presidente, de las instituciones y voceros oficiales. Abogando por la democracia nuestra sería deseable que a estas alturas de la administración Peña Nieto, de manera solidaria y como lo indican los cánones institucionales, el pronunciamiento oficial para disminuir gasolinazos, la creciente inflación, violencia, delincuencia, el libre actuar del narco, la desigualdad social y optimizar la oferta laboral para la población fueran un compromiso de conciencia y facto, este pueblo, esta nación lo requieren.
Hoy más que nunca necesitamos fincar certidumbre, reforzar los principios de la convivencia social y lograr certeza en la actuación del buen gobierno. Hoy más que nunca los gobernados quieren creer en sus gobernantes, hoy más que nunca los gobernantes tienen la misión de renovar, de revitalizar las prácticas en la dirigencia del país.
La situación política del orbe es de cuidado; el terrorismo, la imposición, el enfrentamiento le ganan terreno a la razón, la reflexión y la cordialidad social, es por ello que los medios de opinión subrayan sus labor en esos rubros que se llaman convivencia, igualdad, producción y cooperación solidaria. En este sentido Semanario Balance convoca a crear y creer conciencia, pensamos que los medios de comunicación son el espacio donde la voz de todos debe confluir para acrecentar la sana convivencia social.
Hay muchos tonos grises en el horizonte, estamos la sociedad de lleno esperando que los compromisos tácitos de nuestros mandatarios clarifiquen en entorno de la nación. El pueblo demanda sea real y verdadero el juramento de nuestros mandatarios de servir y ver por el bienestar del país y sus habitantes.