Los impulsos humanos

Por Brenda Trujillo

La variación de estímulos impetuosos

Oficialmente, se establecen 4 tipos de temperamentos, de acuerdo a la estructura de Hipócrates. Él asignó este orden, siguiendo a la medicina y psicología: melancólico- tierra (se caracteriza por la sensibilidad, vulnerabilidad, creatividad, ensoñación y delicadez del sujeto), flemático- agua (eficiente, objetivo, claridoso, trata de equilibrar la comunicación entre los demás, pero a su vez es reservado, desconfiado y receloso de su tiempo). Estos primeros temperamentos entran en la categoría de personas introvertidas.

En la segunda categoría se encuentran las personas extrovertidas: sanguíneo- aire (expresivo, cambiante estado de humor, egocéntrico, exagerado, indeciso,  no concluyen las tareas por su misma inestabilidad) y colérico- fuego (iracundo, corazón de líder, impulsivo, voluntarioso, independiente, gran confianza en sí mismo, pero también el deseo de la dominación puede generar enfrentamientos y desacuerdos).

Hipócrates relacionó los temperamentos  con los elementos de la tierra, de manera simbólica y representativa.

Hay actitudes más propensas a manifestar agresividad o impaciencia ante ciertas situaciones, lo que conlleva al ímpetu. ¿A qué se le llama? Conducta con energía que sobresalta la exageración de un sentimiento, sensación o situación, ya sea positiva o negativa. El ímpetu no es malo, pero en exceso puede resultar desequilibrado.

El ímpetu en situaciones inoportunas

¿A qué tipo de personas les surge la necesidad o locura de lanzar un grito desesperado, de arrojar un objeto o lo que se encuentre al alcance? ¡Seguramente no a todas, pero a cierto porcentaje de la población sí! ¿Por qué están locos? ¡Tampoco es esa la razón! ¡No necesariamente, ni absolutamente!

Depende de  cuestiones mentales y de tipos de personalidades. El ímpetu está ligado a la inteligencia kinestésica, pues hay personas que poseen la habilidad de transmitir emociones y la realización de actividades, a través de movimientos.

Todos los humanos poseen parte de los 4 temperamentos, pero uno predomina. Para el desarrollo de estos impulsos o capacidad energética, ya que también se podría denominar de esta forma, el temperamento colérico es primordial, pues es el componente perfecto para el desenvolvimiento de esta labor.

Comportamiento de la persona energética

Inquieto, hiperactivo, creativo, manifiesta competencia por medio del cuerpo, facilidad para practicar un deporte. Sin embargo, eso no reduce el potencial intelectual, un sujeto puede tener ambos.

Acciones de una persona impulsiva/ energética

Se puede hallar en la calle, escuela, trabajo, casa, centro comercial, haciendo su trajín rutinario; de repente, le surge la cosquilla de realizar “algo” ajeno a lo que está haciendo en ese momento. Por ejemplo, de brincar, gritar, pegar, azotar, hacer la actividad presente pero con fuerza, de reír, cantar o cualquier otro comportamiento que se calificaría como “fuera de lugar”, es como si se desafinara la orquesta del instante, pero puede surgir un caso creativo.

En una organización todos están cursando sus quehaceres como lo ejecutan día a día; de pronto, un directivo o uno de los empleados interrumpe a todos, incitándolos a que se levanten de sus sillas o donde quiera que estén, para que empiecen a cantar juntos, salgan al aire fresco para estirar las piernas y convivir, se les solicita que cada uno realice una tarea que siempre quiso hacer y no se ha atrevido.

 Podría ser abrazar a algún compañero, compartir al jefe lo que se piensa de la empresa y nunca antes se había declarado, tirarse al suelo y observar el cielo desde ese ángulo, correr y explorar los departamentos de ese sitio, gritar como un loco, entre otras actividades.

Son acciones que están fuera de lo predeterminado, especialmente en un trabajo, en el que se establecen reglas y normas. Sin embargo, si el directivo es de mente abierta estará de acuerdo en que es válido autorizar, de vez en cuando, estos ímpetus a sus colaboradores. Existe un sinfín de condiciones para liberarse de la opresión que rodea a los ambientes, deberá ser permitido si no se transgreden a personas ajenas, es decir agresiones físicas, morales o incluso crímenes. Pues el ímpetu en exceso puede llegar al crimen, es por ello que debe ser bien canalizado hacia ocupaciones productivas, eficaces y que alimenten el aprendizaje.

El temperamento colérico está aunado al liderazgo y a la propensión de ser impulsivo; por consiguiente, es una excelente combinación. Si en cierto contexto se necesita el progreso, creatividad o rebelión, el líder inducirá a los demás para que derriben esa barrera que les impide ser mejores, aunque se tenga que enfrentar a otro líder, quizá negativo, el levantamiento provocará un cambio; la lucha por transformar “aquello” que restringe ideologías, libertades o crecimiento económico, social, intelectual, entre otros.

Se comparte la percepción de una joven, dedicada al diseño gráfico, ella considera que tiene impulsos positivos, pues la espontaneidad de su sonrisa y energía le provocan el entusiasmo, buena vibra hacia los demás y motivación para la creación de su trabajo. Se identifica con el temperamento sanguíneo, el cual se relaciona con la extroversión y el fomento de las relaciones interpersonales.

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